Todos los que hemos pasado por la experiencia de mantener a los niños encerrados en casa sabemos que es una tarea superdifícil, que hoy día se realiza casi en todos los hogares: lápices de colores, pinceles, recortes de papel, libros de cuentos..., todo ha salido a relucir con tal de entretener a los fiñes.
La abuela de Pepito y Tatica no es la excepción, y luego de agotar todos los recursos disponibles, ante la pregunta de los chicos: «¿Y ahora qué hacemos?», se le ocurre decirles: «Pues, pónganse a cantar».
A los pocos minutos es interrumpida en la cocina por Pepito, que muy alterado y molesto exclama:
—Abuelita,Tatica está cantando una canción que está prohibida.
—¿Cómo una canción prohibida, niño?
—Sí, abuelita, esa canción ahora no se puede cantar, porque hay que cuidarse.
La anciana, extrañada, pregunta: ¿Y qué canción es esa, Pepito?
—La que dice «dame la mano y danzaremos». Abuelita, en este tiempo no podemos darnos la mano...