Todavía el verano saca notas de calor sobresaliente, pero llegó septiembre, y en Cuba este mes significa regreso a la escuela. Y sí, de una forma u otra al aula volvemos todos, porque alumno puede ser el hijo, el nieto, el vecino…y usted mismo, porque nunca es tarde para recibir la próxima lección.
En Cuba el nombre Popular conduce, irremediablemente, a los bolsillos: los cigarros de esa marca, porque te los desinflan con precios que suben como el humo, y el Banco Popular de Ahorro, porque representa la esperanza de echarles algo, aunque no pocas veces tienes que macharte con el monedero como una triste cajetilla vacía.
Aunque el Día Mundial del Medio Ambiente fue el 5 de junio, bien vale que no embotellemos su mensaje, y sigamos intentando librar del plástico a la naturaleza, sobre todo para no aguarles su fiesta a los océanos, que, por cierto, también tienen su celebración en el sexto mes del año. ¿La opción? Reciclar, que es también la fuente de «materia prima» de estos dibujos de Martirena.
Dicen que «en abril, las aguas mil», y ojalá el refrán también sea certero para acueducto en varios lugares de la provincia de Villa Clara. Es que la falta de agua le agua la fiesta a cualquiera… Pero si tiene el cubo medio vacío, rellénelo con un poco de nuestro mela’o, a ver si, por lo menos, aliviamos las sequías del alma.
